Esta es una de esas pelis que estaban agotadas antes de empezar el festival. ¿Será porque es de competencia? ¿será porque es de plastilina? Misterios del Bafici.
La plastilina no suele fallar. Esta vez se usó para mostrar una historia de soledad y amistad bastante heavy en clave tierna. Me hace pensar un poco en la ternura de algunas historietas, como el tono de Tute, por ejemplo.
Mary Daisy Dinkle es una nena que vive en Australia, en un suburbio literalmente marrón. Se parece bastante a Mafalda, en su aspecto físico; en el resto le va peor. Su padre no le da bola, su madre es alcohólica y los chicos de la escuela la bardean porque tiene en la frente una mancha de nacimiento color mierda. Un día, a Mary se le ocurre una pregunta: ¿cómo nacerán los chicos en América? Elige al voleo una dirección de la guía (es curioso cómo en un correo australiano hay una guía de New York) y así es como entra en escena Max.
Max vive en una ciudad gris. Tiene sobrepeso y problemas varios que se diagnostican a lo largo del film. Pero comparte con Mary la pasión por el chocolate y por un programa de TV. Y algo más: ninguno de los dos tiene amigos. Así que ya se lo pueden imaginar: emocionante amistad epistolar a lo largo de los años.
Los años no vienen solos, y traen amargura tras amargura, si bien contadas con humor. A la salida de la sala, algunos espectadores se quejaban de los golpes bajos. No sé si es para tanto. Es linda, es tierna, habla de emociones básicas y a mí con eso me alcanza.
1 comentario:
y en el final se me piantó un lagrimón.
Como siempre gracias por la cobertura.
Mariana, seguidora de sus sabios consejos festivaleros.
Os Duendes ... otra hermosura
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