¡Aguante el Baficito! Básicamente un pozo es insólita, es absurda, es refrescante, es divertida desde (y hasta) la bobería y es una pequeña maravillita de campo. Es la historia de Julio, un profesor de lengua de un pueblo que un día tiene una idea: cavar un pozo que pase por el centro de la Tierra y llegue al otro lado. Así, según su teoría, los objetos se verán atraídos al pozo por la ley de gravedad, pero pasarán de largo por la inercia, llegarán hasta el otro lado, volverán a verse atraídos... y así ad infinitum, en un movimiento constante. Julio no tiene mejor idea que proponer en la escuela que los chicos lo ayuden a cavar... y los chicos lo ayudan.
No hay mucho más que esto; es una película chiquita, una verdadera historia mínima de apenas 65 minutos, pero enorme en su ambición narrativa. Todo el tiempo está preguntando, con una sonrisa, ¿qué tiene Julio Verne que no tenga yo, eh? La peli y el pueblo y la casa de Julio son chicos pero la ilusión es grande, enorme, y se anima a todo. La ilusión lo hace llegar en bicicleta desde el campo hasta el mar. Lo hace poner todo el pueblo de su lado, y convertir al pozo en una fiesta permanente. Lo hace pulverizar las distancias con, disculpen, la magia del cine.
Lo mismo se aplica al grupo Humus, responsable de esta joyita. De sus integrantes sabemos nada o casi nada: que son de Cipolletti, Tres Arroyos y Coronel Vidal, que trabajan juntos de 8 a 14, que nacieron en los ochentas y les interesa la teoría de qué pasaría si uno cava un pozo lo suficientemente profundo. Qué pasaría si probamos eso que dicen que no va a funcionar. ¿Y si le hacemos pito catalán a toda la evidencia de la imposibilidad y probamos? ¿eh?
Al terminar la función, uno de los espectadores preguntó por qué la peli está en Baficito y no en la competencia principal. Es una buena pregunta.
+ info: www.cinehumus.com.ar
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