Eso, un gran, gran amor. Personajes principales medio aparatos: él un timido bonachón, ella un angel con desparpajo. Personajes secundarios con fuerte caracterización: un padre de espalda rota, otro de avanzada edad que se queda dormido donde sea y hace comentarios hilarantes. Hermanos distintos en todo sentido, un compañero de oficina interpretado por el Lester Freamon de The Wire y la participación de Zach Galifianakis (sigan ese nombre: grandes cosas se hablarán sobre él en un par de años) en un rol -cuanto menos- llamativo.
Si bien no suena en ningún momento, Gigantic le hace honor al tema de los Pixies: empieza siendo un solitario aullido masculino en un tono agudo, al que no tarda en sumársele la voz femenina, juguetona, impredecible, refrescante. Como en la canción, habrá abruptas explosiones, flirteos, cambios de clima. Como en la canción, estará siempre presente esa sensación de dejarse llevar, de avanazar en un fluir tan particular, tan personal, tan bienvenido. Gigantic, la canción, es quizás la mejor reseña de Gigantic, la película. En mi cabeza, al menos, disociarlas no es una opción. Ya no, no hay vuelta atrás.
Si esto les resulta un poco crípico, Marcela habla bien de la película más abajo.
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