Cuánto bicho he estado viendo últimamente en pantalla. De todo, y prácticamente protagonistas. Perros, por supuesto, como Lucy de Wendy & Lucy, una road-perra que como ven se lleva medio título; Serafín, el perro de Lala en El niño pez; los perros que se lleva constantemente a su casa el padre de Cozy en River of Grass. Gatos, desde ya: Dönci, de Egon & Dönci, del baficito, un gato a prueba de viajes espaciales, tremendamente gordo y gris e irresistiblemente tentador para rascarle la panza. En 35 ruhms, la única escena que me conmovió fue esa terrible en la que encuentran al gato -también gris y gordo- muerto, y lo meten en una bolsa de residuos. Pero la que se lleva todos los premios es Laila Pakálnika, la directora letona (no permitan que les digan "latvia", eso es en inglés), personalísima ella. En su filme The hostage hay perros, gatos, conejos, abejas y hasta una vaca perdida.
Todo esto, por supuesto, para hablar de animales vivos... para los muertos o en vías de morir, los remito a Food, Inc.
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