Esta peli es una rara combinación de Señorita maestra con el cine político (pero más tirando a señorita maestra). Sí, es cursi, pero me encantó. Tengo debilidad por lo desconocido, y Filipinas me queda lejos; me gusta que me cuenten su historia reciente (puntualmente, la caída de Marcos y la subida de Cory Aquino, principios de los 80) como un cuento sencillito. También tengo debilidad por los idiomas, y descubrí en esta peli que en Filipinas hay diglosia, que algunas materias de la escuela se dan en inglés y otras en filipino, y que el filipino es rarísimo pero muchas cosas, como los números, se dicen en castellano.
Con eso yo ya estoy hecha. Paso a resumir: Pisay es el nombre coloquial de la Philippine Sciencie High School, una escuela adonde entran becados los niños genios. El director divide el relato en cuatro partes que corresponden a los cuatro años de escuela, y en cada uno sigue a otro personaje, con otro conflicto: problemas de clase, cómo sufren los pobres, persecución política, y así. De telón de fondo va la historia filipina, y más al fondo algunos chistes divertidos, como el del chico que soñaba inventar internet. No es gran cosa pero me divertí de lo lindo y me hice adicta a lo filipino.
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