martes, julio 27

Platillos volantes, Oscar Aibar

Una de gallegos (bueno che, catalanes, desde que la mitad de nuestros amigos viven en Barcelona estamos quisquillozos con el asunto). Pelicula basada en un hecho real, dos aficionados a los ovnis se terminan tirando en las vías de un tren para saltar al infinito. Puedo contarlo así de una porque así empieza y no le cago la vida a nadie. La peli trata de como dos personas más o menos normales terminaron de esa manera. Década del setenta, Franco, un submundo de autodidactas y personajes; la cosa daba para la farsa, pero si bien el espíritu de Alex de la iglesia sobrevuela,  la película es más bien humana, demasiado humana. Pasamos todos los minutos que dura con una sonrisa en la boca y  admiración por la fidelidad del retrato, la capacidad de los gaitas para reírse de ellos mismos y hacer cuentas con el pasado.  Es qué está tan mal matarse por una idea absurda? Terminada la peli creemos que no o en todo caso nos miramos a nosotros como si fueramos los personajes. Perlita.

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