miércoles, octubre 31

BARS 13: Maleficio, de Carlos Lasso

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Nacida como corto en un taller de cine, esta película nacional sobre zombies no pretende ser una gran producción, ni tampoco tener un gran guión. Si tenemos en cuenta el origen cien porciento amateur, entonces se podrá disfrutar.
Un grupo de pibes de barrio, a los que voy a llamar Johny, el Dark y la Rolinga-hippie, aunque estos últimos se llaman Mariano y Aldana (el nombre de Johny jamás se explicita), se cansan del maltrato del bully de la cuadra, por lo que deciden tomar prestado el libro de hechizos de la tía de la chiquita, con la simple intención de jugarle una broma. Queriéndole hacer que no tenga control de sus esfínteres, el problema empieza cuando la víctima del chiste se muere (brujería mediante). Entonces buscan otro encantamiento para revivirlo y, accidentalmente, lo hacen con todos los muertos del cementerio. Y pierden el libro que los ayudaría a remediar la situación.

Con lugares comunes, chicos que apenas pueden actuar (lo del Dark roza la parodia, aunque a Johny le veo habilidades naturales para la actuacion) y una paupérrima puesta en escena, Maleficio (Carlos Lasso, 2012) no puede ser señalada con el dedo de la misma manera que otras películas vistas ya que el caracter de aficionado de esta película hace que se vuelva difícil indicarle falencias, sobretodo porque los efectos de explosiones y tiros (no así los de la sangre que vuela) y el maquillaje están bastante bien. Sin embargo, sí me voy a quejar de que todos los zombies eran jóvenes (conseguir algún abuelito que quiera caminar un poco por la calle o, al menos, un padre no debe ser una tarea complicada) y, lo más aberrante de todo: entre tanto no-muerto queriendo comer carne fresca, yendo directo hacia su fin, caminando lentamente sin que nada le importe, ¿cómo es que hubo uno con el que se podía dialogar y negociar la devolución del libro? ¿Acaso era el rey de los muertos vivos? No lo creo. Sólo con el que comienza todo y esto no es excusa suficiente.
Si Ezequiel Acuña sacara a sus personajes de San Isidro o Belgrano y los invadiera un grupo de zombies, probablemente sonarían así. Un poco más reales.

 Ludmila Iara K.

martes, octubre 30

BARS 13: Nervo Craniano Zero, de Paulo Biscaia Filho

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Sangre, literatura y operaciones experimentales se conjugan en esta adaptación de una obra de teatro escrita por el mismo director de la película, Paulo Biscaia Filho.
Después de tener publicado su primer best-seller, Bruna se contacta con su ex-novio, Bart, para que él puede continuar con sus investigaciones: lograr inventar un chip que ayuda a la inspiración artística. Previamente, el hombrecito de similar apariencia a la del ex presidente Eduardo Duhalde había matado a su mujer por falencias a la hora de aplicar la invención en cuestión, perdiendo credibilidad en el ambiente de los neurólogos. Pobre, viudo, sumido en la depresión, no tiene otra alternativa que caer en la “filantropía” de la escritora.
Con una primer escena que nos contextualiza en la historia, sabiendo cuáles son los motivos de los personajes para tomar sus decisiones, seguida por la introducción de Cristi, la tercera persona que jugará un rol importante, Nervo Craniano Zero (Brasil, 2012) tiene los elementos necesarios para entretenernos durante toda su duración, sin poner escenas que no suman a la trama y con los mejores diálogos que vi hasta hoy, tal vez por su naturaleza teatral, donde la palabra tiene una relevancia indiscutible. Los únicos tres personajes que vemos en pantalla tienen un desarrollo lógico y esperable, procediendo en consecuencia de sus actos, sin perder la esencia que se nos fue mostrada en principio, la de ser arquetipos del imaginario colectivo: Bruna, la escritora vixen que me recordó a Lara Flynn Boyle en Happiness (de mi amadísimo Todd Solondz), Cristi, la campesina ingenua (¿o sería mejor decir “ignorante”?) que va a ser usada como conejillo de Indias y que, intervención mediante, cambiará no sólo físicamente y Bart, el mad scientist que se dará cuenta tarde que jugar a ser Dios es algo inmoral en el mundo de las películas de ciencia ficción aunque, en este caso, pueda sacar algún provecho.
Nervo Craniano... no necesitó de grandes efectos, sólo de litros de sangre de utilería para enfatizar una propuesta de ciencia ficción que, si bien no formula nada nuevo, podría haber sido escrita, dirigida o producida por Roger Corman... en los '60s.

Ludmila Iara K.

BARS 13: Altered States of Plaine, de Nick Gaglia

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Este mundo va a ser mejor el día que la gente no tenga “influencias” muy obvias, sean "Memento", "Fight Club" o "E.T".  para esa aberración del cine nacional que fue Los extraterretres. Cuando algunos directores dejen de “homenajear” a lo que parecen ser las películas que más le gustaron o que le hicieron darse cuenta que querían ser como Jean Luc Godard (¡oh, Nouvelle Vague! ¡Cómo has sido bastardeada!) entonces tal vez, y sólo tal vez, podamos evolucionar en esto que se denomina “la industria cinematográfica”. Bueno, creo que me fui de tema.
Altered States of Plaine (Nick Gaglia, 2012) cuenta la historia de Emanuel Plaine, un flaco que tiene una “condición” que le hace despertarse en cualquier lugar del mundo. Por este motivo prefiere no dormir haciendo que su modo de vida incluya inyecciones de cafeína, cachetadas auto infligidas y la depresión por no tener una buena siesta hace mucho tiempo, además de escapar de agentes que quieren investigarlo. Paralelamente, Violet se prostituye para llegar a fin de mes y a veces puede tener clientes que se ponen un poco violentos. El destino hace que estos personajes de New York se junten y empiecen a ayudarse mutuamente: él no quiere que venda su cuerpo, ella le facilita el contacto con un científico que está investigando cómo las partículas pueden viajar a través del espacio.
Lo que al principio empieza como una película de sci-fi con una trama interesante y bien llevada con la puesta (siempre y cuando recordemos que estamos viendo una producción de bajo presupuesto) a pesar de que la estética con estilo videoclip no sea de mis preferidas, comienza a ramificarse y salirse de su principal hilo, yéndose al lugar común de acusar al protagonista de estar loco, con reclusión y escape incluida, intento de suicidio, búsqueda del progenitor para lograr una respuesta a su mal, haciendo que novelas como En busca del tiempo perdido quede a la altura de novela corta. No, mentira. Exagero sólo para poder ilustrar la cantidad de tramas que se van abriendo, no necesariamente para cerrar las anteriores.
Durante los ochenta minutos de duración, no dejé de hacer comparaciones con un capítulo de la querible X-Files. En la segunda temporada, Mulder tiene un caso de un tipo que, después de intentos de hacer un supersoldado en Vietnam, no había podido dormir en los últimos veinticuatro años. La diferencia es que el ex-combatiente tuvo un final más digno que el amigo Emanuel.

Ludmila Iara K.

Altered States of Plaine - Official Trailer 2012 HD from Nick Gaglia on Vimeo.

lunes, octubre 29

BARS 13: Di ingon 'nato/ Not like us, de Brandon Relucio e Ivan Zaldarriaga

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Corría el año 2011 cuando Iván Zaldarriaga y Brandon Relucio se juntaron para hacer una película. Después de debatir ideas, no podían ponerse de acuerdo: uno quería hacer un documental, el otro una película para zombies. Como el presupuesto no les daba para hacer ambas cosas, decidieron hacer una de no-muertos con tintes documentales. Esta historia no pasó, al menos no oficialmente, pero en mi mente fue lo primero que apareció después de ver "Di ingon 'nato" (Filipinas, 2011). Se preguntarán por qué, queridos lectores y lo voy a intentar explicar. Y pongo mucho énfasis en “intentar”.

Lo que pasa en este film (!) es básico: en un pueblo todos hacen sus vidas en la más normal de las rutinas cuando empiezan a pasar ataques inexplicables, hechos por personas que sangran, están heridos, tienen los ojos colorados y eso. Cualquiera se daría cuenta de que está enfrente a un zombie, gritaría “¡Terminó la función, Shakespeare!” y les pegaría un corchazo o, en su defecto, un culatazo. Pero esta gente prefiere pensar que están poseídos (después de estar muertos y revivir. Ajá...).

Con muchos personajes, historias que se cruzan, gente que conocía a otra gente y no lo tenés en cuenta porque pasó tiempo y muchos planos muertos de hormigas y cielos, un actor que es el doble filipino de Santiago Motorizado, una iluminación horrible, entre otros, "Di ingon 'nato" parecería ser una película de esas que le incorporan un poco de suspense del copado (entiéndase: nada de música in crescendo interrumpida por algún ruido o persona que aparece de la nada), sumando puntos. El problema es que pueden usar tanto este recurso que la visualización se convierte en una tortura lenta y agónica y tu expresión se convierte en el celebérrimo meme de Jean Luc Picard (el facepalm no, el otro) y si, además, le agregás escenas descriptivas de la apacible vida en el pueblito selvático (¿eran necesarios esos tres minutos de la mujer lavando ropa? ¿En serio?) que rellenan el metraje y a mí me da ataques de ansiedad, el resultado es un espectador aburrido, que ya se olvidó qué está pasando y que pide a gritos sangre. En serio, creo que no hacía falta que me expliquen las costumbres para introducir una plaga zombie.

El ritmo no es uniforme y aumenta en la segunda parte y eso está más que bien. Desdichadamente, la primera aburre tanto que ya no interesa quién está vivo, quién está muerto, cómo murió éste o aquel. Esto hace que los últimos minutos, las escenas que realmente valen la pena, se desdibujen y el excelente final se esfume y pase desapercibido.

Ludmila Iara K.

domingo, octubre 28

El Rey del Melodrama

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A veces me encuentro algo triste cuando pasa el tiempo y no encuentro una chica parecida (muy parecida) a la de Juno. A veces incluso me he encontrado triste cuando no la encuentro a ella misma y me digo, ¨Malhumor no tratás lo suficiente y tu vida no tiene sentido sin esa chica¨. Esa chica tiene dos cosas que me gustan mucho; es un poco bizca y camina como un muchachito; el resto de su belleza es el marco por así decirlo. Mientras tanto, en ciudad gótica, volvió batichica. ¨Estoy hecha una señorita¨ me dijo. Me dijo que cuando llegó a L.A. su hermano la llevó a comprar ropa y me pasó a describir su vestuario y mientras tanto se lo describía a sí misma como dándose explicaciones y justificaciones por gastar tanta plata. Encantador. Estaba de paso por la ciudad con un grupo de australianas. En una cita clandestina nos fuimos a un bar a ver a River. Por suerte el partido era una excusa y nos enteramos de la derrota el día siguiente y por los diarios. Las penas de amor pueden ser la expresión máxima del capricho: quiero esto esto y solo esto. Y no solo. Lo quiero así y asá y de ninguna otra manera. La menos de las veces es un genuino y ligero pesar por como son las cosas. El teléfono que me compré en Paraguay se vende a la vuelta de la esquina por menos precio y en Buenos Aires no para de llover. Y ahora en Uruguay hay tifones. Mi amigo Néstor del otro lado del charco me dijo que tuvo comunicaciones con la gente de Alfa Centauri y que tiene mensajes para mí. Saqué un pasaje a Montevideo y mirando el río espero que salgamos de una vez por todas. En de mientras apareció mi Highschool Sweetheart. Comprobé mi buen gusto y visión de futuro. Cuando todas las demás se convirtieron en señoras y madres ella conserva la sonrisa fresca, los rulos, la figura, las ganas de divertirse y el sex appeal. También conserva las mañas peró. Como el libro de Amis (padre), tengo problemas con las chicas. Que no envejecen. Ni ellas, ni mis problemas, ni sus mañas. O podría ponerme serio y hablar de cómo el pasado tiñe el presente. O como el pasado vive modificándose y modificándonos. O de cómo simplemente no encajamos. O de cómo simplemente no vemos y así por siempre. Tocó Suede y Dj Shadow, fue mi cumpleaños y le contesté mal a mi hermana. Batichica me contó que la despertaban los gritos de los pelícanos y que los atardeceres eran hermosos. Anduvo un poco perdida en California y se tomó un avión de vuelta a Lima y de allí tres días en bus a Santiago. Yo le conté de los biólogos fumetas y que perdí una gorra y la bolsa de dormir. Según Néstor, la gente de mi signo es bacana por naturaleza (mi madre sostiene que soy adoptado desligándose del tema). También creemos en el natural balance de las cosas y en el azar como una música secreta. Por eso descreo en los reencuentros vía Fakebook y solo acepto los tropezones en la calle o en la cola del cine. Destiempo. Según Batichica la gente de mi signo es perfeccionista y acto seguido me dijo que tenía las uñas un poco sucias. De Batichica me gusta algo que no sabía que me gustaba. Es mandona. Y de mal carácter. Jua. De una manera natural y no manipuladora, si ello es posible; a cielo abierto por así decirlo. El buquebus está lleno de gente del mundo del trabajo. The office fuera de la oficina. Más exóticos que los papagayos y los gatos salvajes. En estos días fui a una fiesta donde todo el mundo tenía un niño en los brazos. Raro. Raro yo. Incluso las chicas solteras hablaban de embarazos y de cómo se queda después de uno a diferencia de las bailarinas de Tinelli. Me refugié cerca de la parrilla y con otro desorientado planeamos cruzar a la isla Navarino en velero y hacer una recorrida hasta ver el Cabo de Hornos. También fui una noche a dormir a La Lucila como si fuera una ciudad extraña; con mi amigo Antonio caminamos por la avenida Maipú y comimos en una parrilla de taxistas atendida por el doble de Rubén Rada. La mañana siguiente me despertaron los zorzales locos por la primavera con ese canto que atraviesa los sueños y se cuela produciendo efectos psicodélicos. Salí a correr y durante todo el tiempo escuché una y una sola canción; Here & elsewhere de My Sad Captains. Una y solo una. Aquí, allá y en todas partes. Dj malhumor.

sábado, octubre 27

BARS 13: Making off sangriento, de Hernán y Gonzalo Quintana

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¿Película de terror nacional que se ríe de los estudiantes de cine y que actúa Marcelo Pocavida? Hay que verla!
Con un corto que le precedió y se estrenó el año pasado en el Salón Pueyrredón, a esta película no le cabe otra etiqueta que la de slasher, hecha con mucho profesionalismo, aunque quede opacada con las actuaciones acartonadas de los más chicos (No importa: a los quince minutos te acostumbrás).
La historia es sobre un asesino serial (¡de estudiantes de cine!) que está ayudando en una filmación, actuando de asesino serial. Cine dentro de cine y un sinfín de estereotipos de personajes en un set construyen esta trama de Making off sangriento (Argentina, 2012) en la que te encariñás tanto con el protagonista, con las líneas que dicen algunos ("¿Judía, cineasta y lesbiana? ¡Qué asco!" dicha por el cuadrado y alzado Detective Caligari o "Sangre, gore, tripas y estética" del director de arte con la suavidad de Elton John), o con las personalidades que hacen casting (creo que una de las mejores escenas de la película) que les perdonás que haya algunas escenas en las que la iluminación es una patada en la cabeza. Sí, hasta aquellas llenas de tonalidades como si fuesen Dario Argento, que hubo uno nada más y hasta él hizo algunas aberraciones.
Mención aparte a Marcelo Pocavida: su actuación es creíble y su pelo, a pesar de estar más largo y despeinado, en conjunto con su camperita me hicieron acordar a Javier Bardem en No Country for Old Men, aunque se me suele acusar de ver parecidos que no son.

Ludmila Iara K.


BARS 13: Invasion of Alien Bikini, de Young-doo Oh

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En el segundo largo de Young-doo Oh (Corea del Sur, 2011), que en abril pasó por el BAFICI, no hay ninguna bikini, pero sí hay aliens.
Con una estética muy K-Pop (o que tal vez a mí me suena a eso porque no sé diferenciar una cosa de la otra por cuestiones culturales) esta película es todo un gran flashback: Young-gun es un vigilante de la ciudad (como Batman, no veo por qué no) que saca a una chica en apuros, la lleva a su casa para chequear que esté bien y, partida absurda de Jenga mediante, ella le propone tener sexo para quedar embarazada esa misma noche, acusando una vieja tradición familiar. El problema es que el chiquito este (un pavote de 34 años, conservador y muy naif) hizo un voto de castidad y no va a poder donarle su esperma. ¿La reacción de Monica? Torturar a Young-gun para obtener lo que ella necesita, aunque esto implique tener que rasguñar una pizarra y terminar con los oídos sangrando.

Pedido: dejemos de hace paralelos entre tener sexo y fuegos artificiales por dos años. Ya es viejo y nada podrá jamás superar al túnel grotesto de Hitchcock en North by Northwest.
Prosigamos. Lo que empieza como una comedia con ciertos recursos (las animaciones del cuerpo humano, el aviso de Rolex) queda trunco a mitad de camino. No sólo que estos recursos no llegan a marcarse como algo contínuo, sino que los dos o tres que aparecen se pierden y, con ellos, se va algo que podría haberle dado un enriquecimiento a la película. A pesar de que las risas van decayendo a medida que se acerca al final, parece haber una cierta lógica en el desarrollo de los personajes o de este personaje que usa bigote falso y sale a combatir malos, que fue criado por una versión masculina de Margareth White.
Al final, Young-gun no entendió nunca nada y a vos te da pena.

Ludmila Iara K.