sábado, mayo 28

You are a tourist

1 comentario:

Descubrí que hay un tren que llega hasta a Tucumán por 45 pesos. Increíble pero real. Tarda unas 24 horas. Empecé a viajar entonces. Podía tomarme ese tren y desde Tucumán hacer una ruta que va hasta Andalgalá en Catamarca atravesando unas montañas y desde ahí a Londres (Londres, Catamarca); de ahí a Antofagasta de la Sierra vía Tinogasta. Miro el pronóstico del tiempo; máxima 6 grados, mínima -10. Iron Man al que encontré la semana pasada me dijo que era la mejor época para ir. Tendría que dudar del juicio de alguien que cruzó Canadá en invierno. El camino sigue al salar del hombre muerto; ahí se perdió el otro demente. Me inquieta querer estar ahí. Solo. Me inquieta más el deseo que la situación. El querer estar ahí como otro quiere comprarse un auto. No, el salar del hombre muerto puede esperar. Bajaré rumbo a Talampaya y de ahí regresaré a las mucho más amables sierras cordobesas. Me puedo quedar en la casa de Carmen a terminar unos trabajitos pendientes; leer junto al fuego y pasar algo de frío por qué no. Dudo. ¿Qué me pasa? Ese desierto me da miedo. Cuando me decido es tarde. No hay pasaje hasta fin de junio. Ya estaba decidido de antes de todos modos. Le escribo a Néstor; le pregunto por García. Me voy a Uruguay. También hay soledad por ahí. Y gauchos amables. Esta vez voy a cruzar la frontera a Río Grande; después voy a bordear el río Uruguay y volveré a la tierra del yaguareté. Tal vez haga tiempo de cruzar a Paraguay y me encuentre con algunos contrabandistas. O lo visite a Ulises en Posadas. Mientras tanto volvió Andreas; estaba contento de haber visto a su padre antes de morir. Me dijo que no fue lo único que pasó. Pedro volvió de Kenia para proponerle matrimonio a su ex. Funcionó por mail pero no en persona y lo dejaron con el anillo de clavo. Neurosis desplegada a nivel planetario; con la inclusión de aviones y tecnología digital. Mi cuñado anda desolado porque el padre de su amigo se pegó un tiro. La mala hierba se las arreglas para seguir jodiendo hasta el último segundo. Fue el mes de los padres muertos. El efecto mariposa. Soñé con Gabriela. No se había casado, no había tenido hijos y había vivido unos años locos en Canarias. Exactamente lo contrario de su vida real. Se la veía feliz. Se la ve feliz en la realidad aunque da la sensación a veces que anda tirando. Me desperté triste y todavía no sé porque. Después descubrí lo del tren y todo lo demás. El título es el single de Death cab for cutie. Traté pero no entiendo la letra. La iré descubriendo supongo.

Dj malhumor.

miércoles, mayo 25

Avenida Belgrano

2 comentarios:

Me encontré con Miss Malhumor en su nueva oficina. En verdad es el departamento que dejó una anciana que vivió allí hasta hace muy poco. Parece un museo. Es un departamento irrecuperable. Aunque impoluto hay que derribarlo entero; exorcizarlo. Sacar el empapelado; quemar los muebles, tirar los cuadros, arremeter a martillazos contra los azulejos. Hay una biblioteca con unos cien libros. Solo pude rescatar uno llamado ¨El Caballo Criollo¨. Es una antología de viñetas históricas, datos fácticos y apariciones en la literatura del gran pingo argentino. Por la ventana se ve la avenida Belgrano. Los autos pasan a lo loco. A mitad de cuadra hay un edificio espléndido de corte neocolonial; el mismo estilo que el Ex Banco de Boston en Florida y Diagonal Norte. Hoy vi otro edificio en ese tipo en la calle Sarmiento en pleno Once. Un edificio de más de diez pisos rematado en una torre como para encerrar un loco. Apenas pude mirarlo porque la calle baja y la bici iba rápido. Estuve a punto de atropellar a varios. Los ciclistas en la bicisenda somos el nuevo azote de dios. La vista a la avenida Belgrano me recuerda que hay mil maneras de ver el mundo. Es ruidoso pero me gusta. Me siento bien. La vieja o murió o está en un asilo; no sabemos; no preguntamos. Hay retratos de gente que nunca conoceré. Bajamos y nos comemos un mondongo en el bar de la esquina. El bar está vacío y huele a humedad. El dueño es un gallego y me explicó que el edificio de enfrente es el centro asturiano. El tipo debe abrir solo por fuerza de la costumbre. Somos los únicos clientes; en la calle no hay nadie y difícilmente entre alguien más. Me puedo imaginar unas cuantas mesas ocupadas al mediodía pero no ahora. La tele está prendida. Miss malhumor está espléndida. ¨Me importa todo un huevo¨ me dice. Sí le digo. ¨No voy a hablar más¨ me dice cuando quiere agregar algo. Nos reímos. Le cuento mis planes. Voy a salir de la puerta de casa con la bicicleta y me voy a visitar a Darcy en Montreal. Puerta a puerta le digo. Voy a ver sí está. ¨Genial¨ me dice. Yo te compro una nueva bici sí necesitas me ofrece. Claro le digo. Mejor que te vas, es más fácil. Sí le digo. Me cuenta que en Junio tiene un casamiento en Texas y en diciembre uno en La Paz. El último casamiento que estuve fue en Mallorca le cuento. Me acuerdo dice. Le digo que estoy algo nervioso aunque no se bien las razones. Se te va a pasar. Sí, siempre pasa le digo. El mondongo está buenísimo y lo liquidamos en un ratito. Estás espléndida le digo. Se ríe.

domingo, mayo 22

Transatlántico.

No hay comentarios.:

Salimos el viernes por la tarde. A la rampa donde bajábamos los botes llegó un isleño en canoa con dos perros que saltaron a tierra y se pusieron a husmear todo con aires de compadrito. El tipo se puso a charlar ahí nomás. Dijo que se venía sudestada. Ojalá que aguante le dije y agregué que no anunciaban lluvia hasta el domingo. Yo les creo a los bichos y no a los tarados esos me dijo. Hacía mucho tiempo que no escuchaba tarado como un insulto. Los caracoles están poniendo los huevos altos; se viene una subida grande y las hormigas no paran de trabajar. Esta noche llueve. Espero que no, volví a decir; no lo quería contradecir pero tampoco quería que se aguara el asado. Fue una travesía de barcos grandes. Ya instalados durante la noche una sombra gigante pasaba por el canal. Todo el mundo se acercó a la costa a mirar el espectáculo. Una torre apenas iluminada avanzaba como flotando sobre el agua y en la oscuridad absoluta el casco largo como un par de cuadras lo arrasaba todo. El italiano dueño del lugar dijo que lo estaban sacando de un astillero. Había estado varado por unas cuantas horas hasta que subió el río. A la madrugada me despertó un ruido lejano. Una draga trabajaba quién sabe dónde en alguno de los canales grandes, quizá en el mismo río de La Plata. La mañana siguiente nos metimos por el canal hambrientos. Me gusta el nombre. Me recuerda Puerto Hambre en el estrecho de Magallanes. Soy un optimista nato. Los colores del otoño son los mejores lejos. Amarillo, naranja y rojo. Navegamos despacio hasta que detrás de unos sauces apareció la luz. De golpe el río enorme. Entonces sentimos el viento Norte y justo enfrente nuestro otro barco gigante como de varios pisos esperaba que le den entrada en el Paraná. Subimos despacio junto a la orilla. Cuando el barco por fin arrancó, aunque estaba a unos cuantos cientos de metros recibimos las olas. Más vale unas ondulaciones suaves como un eco. Se siente la masa de agua; el monstruo dormido; nosotros haciéndole cosquillas en el lomo. No hubo sudestada; salió el sol y nos comimos una pizza en el almacén alegre (así se llama). Tan embrollado está el mundo que hasta los caracoles andan desorientados.

dj malhumor

lunes, mayo 16

Gripe.

No hay comentarios.:
John Self, alter ego de Martin Amis en la novela Dinero dice que su mejor remedio para la gripe es meterse bajo una frazada gruesa a sudar como loco durante la noche mientras se baja metódicamente al menos media botella de scotch. Mi abuela también decía que el whisky mata los gérmenes y creo que lo mezclaba con miel. En el chino de acá a la vuelta venden un Whisky marca Glasgou (¡genial!) por 8.50 pesos argentinos. Casi un poema.
La gripe me da que pensar. No se sí entregarme a ella o darle batalla. Me hace pensar también sí así será el fin de mis días (y los tuyos). Daremos batalla o simplemente aceptaremos que llegó la hora? Los lacanianos argentinos deberían hacer más caso a la gripe a la hora de evaluar el poder de la biologia. Un día no tenés energía para nada, el otro día sale el sol y todo parece posible; escalar el Everest, conquistar a esa chica; encontrar la canción perfecta. En otras épocas me dejaba abatir sin más; experimentaba una pequeña muerte y renacía al tercer día. Como Amis, dejaba el sudor en la ducha y empezaba de cero. Esta vez me mantuve en pie a fuerza de pastillas. Pero la nube sigue acechando y estoy en el medio. Ni tan enfermo ni tan sano; insoportable. Mejor dejar que avance la fiebre, delirar durante la noche y sentirme Rimbaud en Africa.

Dj malhumor.

viernes, mayo 6

Jerry Seinfeld sigue rankeando alto

No hay comentarios.:
Seguro ya lo leyeron por ahí.

Sino, ya lo están leyendo por acá: Jerry Seinfeld acaba de estrenar su propia página web. Todos los días, con el módico precio de tres por uno, Seinfeld y sus esbirros irán subiendo nuevos videos inéditos, poco conocidos o populares pero olvidados. Jerry dice que quiere que queden sus ingeniosas observaciones al alcance de todos, por si se muere, se acaba el mundo o lo que sea. Nosotros ya agregamos la url a nuestros favoritos de consulta diaria.

Recomendamos hacer exactamente lo mismo. Es esta:

No tiene desperdicio. Abajo, a modo de muestra gratis, la primera aparición de este muchacho en el Tonight Show.

No tiene desperdicio...


Matando a un árabe.

No hay comentarios.:
Cuando tenía dieciocho años durante una serie de noches consecutivas tuve una serie de ataques asmáticos que me despertaban en mitad de la noche, me producían una sibilación en el pecho, consistente en un silbido extraño que parecía provenir del fondo de una caverna y que un amigo de la época bautizó el monstruo. Como no podía dormir me levantaba como un sonámbulo, me dirigía a la cocina fría y me preparaba un té con limón; mi única ocurrencia para combatir el mal. Después volvía a la cama y me dedicaba a leer uno de los libros favoritos de mi padre; La Montaña Mágica de Thomas Mann. Su otro libro de cabecera era El Idiota de Dostoievski. Mi padre lo llamaba El príncipe idiota pero creo que se equivocaba. Podría agregar a la lista Los Hermanos Karamazov que leí en otras circunstancias y que me dieron noticias por primera vez de que dios no existe. Mi padre era una persona piadosa y creyente que me proveía de esa clase de literatura. De allí me vendrá la mania de combatir mis propias creencias supongo. La montaña mágica es un libro en dos tomos que transcurre lentamente en una clínica para enfermos respiratorios en los alpes suizos. Es uno de los pocos libros del que recuerdo el nombre del protagonista; Hans Carstop. Jamás asocié mis propios problemas para respirar con lo que leía. Recién hoy reparé en la coincidencia. En la cocina de madrugada leía El Extranjero de Camus. Por dos noches consecutivas no puedo dormir y despierto a mitad de la noche. Leo un rato, veo otro capítulo de The Office y eventualmente me duermo. Son horas ganadas a la oscuridad. Como si no hubieran existido pero que en el día siguiente dejan una marca, un after taste, como una especie de sueño apenas recordado. Seguramente en algunos años descubriré a que extraña dolencia corresponde este libro que dejó olvidado una novia que ya no está.

Dj malhumor.