domingo, abril 16

Cuesta abajo

¡Callen a esas pibas por favor!!
Two Girls, Kutlug Ataman. Película mediocre de esas que usaban en Mar del Plata para rellenar la competencia. Dos adolescentes, la rubia tarada, la chica punk, se hacen amigas y algo más para sobrevivir la Turquía machista. Podría haber estado buena si no fuera puro trazo grueso, si el director no hubiera utilizado recursos archiconocidos (y no importa sí es archiconocido y funciona, ¡el tema es que no funciona!!) si no terminará siendo una pavada porque los personajes son pavos. La super punk y la tarada en sus momentos de máxima alegría ¿qué hacen? ¡Salen a correr por un shopping!!! Recordaba la adorable Show me love y me daban ganas de llorar. De la manito y a los grititos, intragable... Ah claro, después se tiran a una pileta en ropa interior. Pero lo peor, lo peor de todo, ¡es que no paraban de gritar!!! Director, sino tenés nada que decir, callate, o hacelo en voz baja. Gracias.

Strange Circus, Sono Sion. No es una película de terror, no es gore, no es un thriller psicológico, no es una película bizarra, es un bodrio. Son esas películas que de tan malas son aleccionadoras de todo lo que no se debe hacer. Pero bueno, ¡escribiendo revivo el pésimo momento que pasé en el cine!
La película es también de ese género Jorge Polaco que llegaron a pasar por artísticas. Las maléficas intenciones del director dan risa, no hay un solo momento donde no nos quiera horrorizar; una niña no solo es violada por el padre sino que es obligada a presenciar como sodomizan a la madre. Claro, ese niña deviene escritora loca y tiene terribles pesadillas circences (hace un cameo El Mini de Indomables). Después de grande claro, come spaguetiss con la mano, es que tuvo una educación deficiente. Todo está mezclado de una manera absurda que quiere hacer pasar por confusión entre realidad y fantasía lo que no es más que confusión del guionista. Me podía imaginar perfectamente esta peli hecha acá con Pinti o Bergara Leumann como maestros de ceremonias del strange circus. Después me doy cuenta que esa frase que uno siempre utiliza, típica película argentina (que incluye los géneros más variados) es simplemente un epíteto para hablar del cine malo a secas.


Había empezado el día de ayer con una perla de Jean-Paul Civeyrac, un director que acabo de conocer. Es extraño, conocer un nuevo director es como que te presenten a alguien. Inteligente, encantador, de un humor discreto. Después seguís en el coctel y encontrás a otro hablando a los gritos, egocéntrico, diciendo estupideces como si fueran grandes cosas y para peor, con una serie de otros tontos alrededor. En fin, así es la vida.

Miss Mundo

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