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Hay un disco, sublime, mi favorito de todos los tiempos y el segundo que sacaron, se llama Led Zeppelin II. Está lleno de canciones perfectas, de esas que podés cantar cada parte de guitarra, cada línea de bajo, cada chin pum de la batería y hasta cada gemidito del cantante. Del resto de su producción me gusta casi todo, pero no puedo perdonarles que hayan tardado tanto en grabarla. El sonido perfecto de II se hace re latoso en Houses of the Holy, pretencioso en Physical Grafitti y garchosamente ochentero en In Through the Out Door. Bueno, es necesario explicar esto porque en esta peli suena TODO como si fuera un solo disco. Y todo suena bien.
Advertencia: Si la ves en un autocine abrochate el
cinturón de seguridad porque con "No Quarter" podés llegar a terminar adentro de
otra película. Te arroja a un flash como el que podría generarte "El viaje de
Chihiro", ponele. La secuencia "No Quarter" puntualmente, es el momento "Inception" del film,
el instante en que descuido mediante podés llegar a sumergiste en un flash dentro de
un flash dentro de otro flash.
"Celebration Day"
es una evolución de "The Song Remains the Same", aquel documental con la banda
tocando a duras penas en 1973, todo con ese sonido bien de otros tiempos. O
sea, otros tiempos: una época en que el rock'n roll en vivo significaba sonido
choto, guitarristas intoxicados que pifiaban de puro zarpados y vestuarios de
dudosa ingesta visual. Si no me crees tratá de volver a verla, pero en tu casa
y lo más sobrio posible. La nueva película
de Zeppelin tiene lo mejor de un blockbuster y a la vez le da la vuelta. Por ejemplo: parte
del pochoclo es que la gente en pantalla sea linda y acá hay dos galanes. No
son galanes obvios, de hecho son dos viejos. ¡Pero qué churros están John Paul
Jones y Jimmy Page! Como los buenos vinos. Y el joven de la banda, el que por
rango etario debería llevarse el papel de guapo es el baterista Jason Bonham hijo
del difunto Bonzo. Tiene la edad justa y lo ves toda la peli sentado en su
puesto. Al final, cuando sale a saludar, la cosa pega la vuelta: te das cuenta
de que estuvo parado todo el tiempo. El pendejo es un
enano. Por algo el padre lo apodo Corcho. Justicia divina.
Spoiler alert: Robert Plant no es lo que puede parecer a ojos masivos. Desentonando a propósito con la imagen de El Rockstar de los '70, sexy a su pesar, acá aparece con una chivita pasada de moda y el pelo en una permanente alla Mona Giménez. Es tan hediondo, pedorro y para atrás que resulta un acierto. A través de este recurso narrativo que podría parecer frívolo, en realidad la película obliga al público a concentrarse sólo y nada más que en la voz de este viejo tan mersa en su look como genial en su arte. Un riesgo que garpa porque "Celebration Day" se trata de la música.
Spoiler alert 2: A lo largo del documental, el director, Dick Carruthers deja ver a través de un gran uso de los primeros planos que Led Zeppelin siempre fue la banda de John Paul Jones. Él es el jefe y queda claro. El flaco se la pasa mirando a Jimmy Page con cara de "si la cagás sos boleta". Una especie de exclusiva mundial que nadie se veía venir: bajo le gana a guitarra. Y tomá.
Spoiler 3: Acá cuento el final de la película,así a lo bestia porque esto es rock n' roll y me la banco. Cuando termina se descubre que esa noche Jason Bonham fue el hombre más feliz del planeta y si no llorás es porque sos re garca.
Beto LaRompe
corresponsal
exclusivo en este lado de la pelotudez
2 comentarios:
saben si se se estrena en Argentina?
Si, el 8 de noviembre. Saludos!
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