domingo, junio 19

Exilio


¨Decile a ese viejo choto que me pague lo que me debe¨ me dijo el torcido y me envolvió los chorizos en un papel de diario. Me llevé litro y medio de Tannat y unas facturas para el desayuno. Después pasó una semana sin saber bien cómo. Vimos Santos-Peñarol y el western de Ed Harris y Vigo Mortenssen: ¨Never is a long way from here Mr. Braggs¨. Nos encantó. Un mundo nítido como los cielos del lejano oeste; claro y distinto como las ideas cartesianas. Salimos en chiva de compras y fuimos hasta la playa un par de veces; los surfistas solitarios como únicos habitantes esperando las olas. Tuve unos cuantos sueños enigmáticos y escuché en silencio las enseñanzas de mi gurú cimarrón. Por la noche desde el rancho se escucha el mar. ¨Todos nos llovemos malhumor¨ me dijo; ¨el día que aprendas eso tal vez dejés de rumiar pensamientos como una vaca vieja¨. Por la mañana escuchamos una radio de Rocha donde pasan payadores. Hay uno que canta una canción increíble de un ciclista que hace la vuelta de Uruguay a fuerza de grapa que toma en las bares de cada pueblo que va enumerando como en un poema de Borges. Muy gracioso. La mayor parte del tiempo él habla y yo escucho. Nunca conocí a nadie que tuviera tanta razón; que sus razonamientos fueran tan definitivos; como levantarme todas las mañanas y tomar mate con Kant. Sus razonamientos son evidentes y me puede convencer de cualquier cosa; de que hay habitantes en Alfa Centauri (y que habla con uno por las noches); del Kharma y Dharma; de la ley de recurrencia como él la llama o que un colombiano del que escuchó hablar por primera vez en Alaska sabe cómo es definitivamente todo. De las trasnoches desveladas me quedan dos canciones: Reflections of the televisión de The twilight sad (hipnótica) y Lavander de Go-Betweens (acojonante). Me enseñó a amasar fideos y preparamos un estofado de avestruz. En la heladera nos espera un lomo de carpincho para el domingo. Una tarde vino un tipo a presentarse porque se había venido a vivir al pueblo y el sobrino le recomendó que viniera a presentarse. No sé cómo pero como introducción contó que se había divorciado y por eso estaba acá. Se había ido con una chiquilina de veinte y la chiquilina lo terminó dejando. Su mecánico le dijo; ¨no le dé más vueltas; ese es un cheque que ya cobró, ya lo disfrutó; ya está¨. Entonces se vino al mar para ordenarse. A la canción de Twilight Sad no paro de escucharla. Me recuerda a The Mission aunque ya no recuerdo nada de The Mission. Ni siquiera me gustaba mucho esa banda salvo una canción. Creo que tocaron en Buenos Aires pero no estoy seguro. Creo que fui incluso al concierto pero puedo estar confundido. Jamás pensé que podía olvidarme de algo así. Mientras tanto me entró un mensaje de Miss Malhumor. Dice que está en Alburquerque. Es un lugar al que quisiera ir; como a Spokane y Tallahassee. Algún día haré el tour de los nombres estrafalarios.

dj malhumor.

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