Desmontrando que no soy nada rencorosa, después del mal momento que pasé viendo Chain, pero todavía agradecida por Instrument igual me fui a ver el programa de dos cortos y este mediometraje de Jem Cohen. Chain no es mala, para nada, pero es algo muy dificil, como escuchar el doble de Yes (preguntale a tu papá) Tales from topographic ocean de un saque; como levantarse a la mañana y poner un disco de Fly Pan Am, como irse a dormir con Incunabula de Autechre.
El medio del sugerente título es un recital del grupo, punk y post-punk The Ex. Impresionante. Los pibes resultaron que son los Rolling Stones (digo, alguien muy conocido, no unos viejos chotos) y yo no sabía quiénes eran. Tom Verlaine encuentra a Stravinsky y juegan un picado. La cosa que esta banda no es punk y post punk porque cambió de estilo, ellos transitaron materialmente ese tiempo ya que largaron a fines de los setenta. El recital en cuestión fue el 11 de septiembre de 2004. Fecha sugerente si la hay. Ahh, se trata de N.Y. y los ex son holandeses y amigos de los Fugazi. Cohen no solo permite transmitir la fuerza y la experimentación de esta banda que te deja con la quijada por el piso (dos guitarras, chica baterista, cantante y contrabajo chica chico) si no que con sus imágenes abre el espacio a la ciudad y con ello al espacio político. La fuerza era tal que hubo aplausos como si estuvieran tocando en la sala.
Los dos cortos que abrieron y cerraron el programa, NYC Wieght & Mesures y Blessed are the dreams of men confirman la originalidad de la mirada de este pibe y lo bien que le cuadra el formato corto y que pareciera circunstancial. Solo pareciera.
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