Pensábamos que Cam Archer era una chica. Estábamos seguros que sus intenciones plásticas eran ambiciosas en el mejor sentido. Presentíamos una coherencia extrema en la banda sonora. Y sabíamos que la única certeza había sido empezar la tarde así. Nada la mejoraría.
No nos equivocamos en nada. O sí. Pero a esa altura no eramos quiénes para juzgarlo. La película se había metido debajo de nuestras pieles, de una forma tan sutil y violenta que seguiría rondando -y rodando- en nuestras cabezas por días.
Hay algo de Tarnation en esta película. Y de Misterious Skin. Y de The Heart Is Deceitful Above All Things. Puede que sea porque todas están dirigidas por chicos de 25 años, con sensibilidad homosexual, más allá de lo que digan sus documentos de identidad. Pero en donde en una afloran algunos desajustes psicógicos, teatralizados al extremo, en esta no los hay: hay certezas. Donde en otra hay posible presencia extraterrestre, en esta hay tigres figurados y leonas mansas. Y en donde una tercera se ve regida por la crueldad extrema de los adultos, en esta hay relaciones humanas, un poco -apenas- más normales.
Logan se siente atraído por Rodeo, un chico mayor. Las fantasías dominan su cabeza y la única forma que tiene de bajarlas un poco a la tierra es poniéndose una máscara y dejando que una voz femenina se apodere de él, para así conquistar a su objeto de deseo. Se prende una lamparita. Se prenden diez...
Pocas veces la historia es una excusa tan grande. La propuesta de Cam (un chico) es sumergirnos -hasta lo literal- en las húmedas fantasías de Logan (otro chico). Texturas, colores, sonidos y sensaciones, todas ahí, en una pantalla tan nítida que parece ser parte del plan: otra textura, la inevitable, llevada al extremo de la estilización, pero en el mejor de los sentidos. En el único.
Apenas salimos de la sala, a ella se le ocurrió hablar de una especie de cristalización de todos los otros sentidos, los que en el cine suelen quedar anulados. Y vaya que está en lo cierto. Olores, superficies, hasta la sensación del sol en la cara, llegando a uno a través de las hojas de un árbol.
Hay películas que entran en tu vida en el momento exacto. Hace unos ocho meses que quería ver Wild Tigers... Qué bueno que es hacerlo.
Cam Archer tiene 25 años y su próxima película, escrita por él mismo, se va a llamar Pull. Sissy Spacek va a interpretar a una mujer con tricotilomanía, "un trastorno o desorden psicológico que se manifiesta en un arrancamiento de pelo de forma compulsiva". Ahí voy a estar.
5 comentarios:
Araki, Caouette, Asia A. 25 años??
ahí vamos a estar.
che, ya tenemos la excusa perfecta: "no, no estamos perdiendo pelo, tenemos... ¡tricotilomanía!" va a ser la nueva revelación después del boom del "ataque de pánico".
Tenés razón, bobbyFischer...
Mientras escribía eso estaba seguro de lo que ponía, pero me hiciste reflexionar... Y sí, Asia Argento es un chico de 13 años, no de 25...
un honor compartir la experiencia con usted.
un beso.
ay fairuza...
cómo olvidarte...
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